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RACÓ DE NANDO
ALFREDO GONZALEZ PRATS

EL COMPLEJO RUPESTRE DEL “RÍU MONTLLOR”


Pretendemos con el siguiente trabajo completar las referencias y lograr una más amplia exposición de la reseña que en su día hiciera D. José Chocomeli, Agregado al Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia, del yacimiento rupestre que analizamos . En su cita figuraba éste con el nombre de Covarjos, cuando en realidad los campesinos del lugar nos lo han presentado como Racó de Nando.




EL YACIMIENTO
Comprende una serie de abrigos que forman una especie de herradura orientada al Sur y situada casi enfrente de la masía de Montllor. Se halla cerca de otra estación rupestre con figuras esquemáticas, la Roca del Senario, estudiadas recientemente por Gómez Bellot .

LAS PINTURAS

Aparte de algunos restos dispersos, los temas principales han sido clasificados en siete paneles. Corresponden tres a la parte izquierda de la herradura (siempre en el sentido del acceso) y los restantes enfrente, a la derecha.
En la parte izquierda, nada más empezar las oquedades, hay un gran abrigo en el que no dudamos haya pinturas y que nos hubiera proporcionado quizá el panel más importante del conjunto, pero como ha sido utilizado para el resguardo del ganado y de pastores, las paredes están pulidas y ahumadas (únase a esto la secreción de la propia roca), lo cual no nos ha permitido a nosotros apreciar a simple vista resto alguno.

Restos de pinturas I
A unos metros antes de comenzar el panel primero. De color rojo intenso, obscuro.
Dos trazos a modo de cayados. Uno está ondulado y tiene una bifurcación en su parte superior.
El otro, paralelo al anterior, presenta en la parte superior también un apéndice acusado en forma de pico.

Restos de pinturas II
Cercano al panel primero y a los restos anteriores. En color rojo, ramiforme que representaría el asta de un ciervo ya no existente. Del asta madre salen dos a la derecha y dos a la izquierda.





Panel I
En color rojo, línea gruesa de trazos irregulares que forman algo similar a la silueta de un látigo (véase más adelante el paralelo que proponemos.





Panel II
Escena de caza. Un jabalí herido es perseguido por un cazador. El jabalí tiene una flecha en el vientre, con unas manchas en el suelo, quizá de su propia sangre. Está huyendo a la carrera. A su lado hay dos flechas, que parecen ir en dirección contraria, es decir, hacia el arquero. Este tiene cabeza discoidal, torso estrecho y musculosas piernas abiertas a la carrera, en cuyas pantorrillas se aprecian esas clásicas «jarreteras» o flecos como de polainas.
Lleva en sus manos un arco, del que sólo se conserva la mitad delantera. El ensanchamiento que presenta el arco en su parte delantera quizá se deba a un haz de flechas . La escena está pintada en color rojo.





Panel III
Figura en rojo de un gran ciervo al que le falta la cabeza, pese a con- servar parte de las astas, y los cuartos traseros. Se encuentra en posición es- tática, reposada. Se insinúan las pezuñas de las patas delanteras.
Unos centímetros más a la derecha hay unos trazos de pinturas que parecen corresponder a una pierna humana, si nos basamos en el tipo de las de los arqueros del panel VII.
Entre el ciervo y éstos, asimismo en color rojo, un poco más arriba, se aprecian unos pequeños restos más.







Panel IV

Escena de caza o persecución en color rojo obscuro. Consta de dos ciervos perseguidos por algo que parece ser una figura humana, pues a ésta le falta una pierna. Tiene cabeza discoidal y parece estar corriendo aunque no tan acentuadamente como las demás figuras humanas del yacimiento.
Delante de ella va un ciervo al que le faltan las patas y parte del vientre. Posee un asta con cuatro ramificaciones. También parece poderse distinguir una oreja. Una secreción negruzca ha cubierto la otra asta, de la que sólo se puede ver algún débil resto.
Sigue a otro ciervo, peor conservado por el lascado de la roca. Conserva las patas traseras, habiendo desaparecido completamente su parte delantera, a excepción de algunos rastros de la cornamenta. Es curioso el fenómeno que presenta en su parte trasera: un trazo a modo de rabo (?) y una especie de cuña que se inserta en el lomo. Quizá pudiera tratarse de una superposición.



Vanel V
En color negro, figura antropomorfa esquematizada. No parece verse claro si tiene los brazos alrededor de la cabeza o si es que ésta se presenta en esta extraña forma.

Panel VI
En color rojo, composición de figura(s) humana(s). Son de pequeño tamaño (34 mm. la segura). La que es propiamente humana nos presenta cabeza discoidal y la parte superior del tronco semejante a la del cazador del panel II. Sigue a lo que puede ser otra figura humana, a la que le faltarían la parte superior. Delante de ella hay dos trazos que pudieran representar los restos de una tercera.




Panel VII
Este es el panel que fue publicado en la memoria del S.I.P. antes aludida y punto de partida de este trabajo.





Es la escena de caza más narrativa, juntamente con la cacería del ja- balí, de todo el yacimiento.
Dos arqueros con cabeza discoidal y piernas muy esquematizadas acosan a cuatro caballos. El arquero superior está completo, viéndose incluso el carcaj (la «cestita» que Porcar menciona ) de las flechas.
El arco se halla completo y la flecha tensada apunta al caballo que está más cercano. En cuanto al arquero inferior, el núm. 2, no está completo,faltándole una pierna. Está semiescondido en una leve hendidura de la roca. Si nuestro calco es correcto, su cabeza se halla cubierta por un gorro con orejillas, tal y como lo encontramos en unas figuras humanas de la Cueva Saltadora .
En lo que respecta a los caballos, dos llevan una flecha clavada en el lomo (los núm. 3 y 4). El caballo núm. 5 está encarado hacia el arquero próximo (el núm. 1) como si fuera el protector de la manada. Debajo de su hocico aparece una flecha. El caballo núm. 4 es uno de los heridos y presenta la cabeza extendida en señal de dolor. El caballo núm. 3, más torpemente realizado, posee una flecha en el lomo y no se encuentra completo, faltándole los cuartos traseros y patas delanteras.
Encima de él se aprecian unos restos que parecen serlo de un arco, mientras que ante su hocico hay dos trazos. El conjunto de la escena queda dividido en dos grupos: uno, formado por el arquero núm. 1 y los caballos núms. 4, 5 y 6, y el otro, por el caballo núm. 3 y el cazador núm. 2, de manera que los animales se hallan cercados y limitados por los dos arqueros.
Hasta aquí, la parte meramente descriptiva de todo el conjunto de pinturas que hemos podido ver por el momento en este yacimiento. Un estudio y análisis más profundo sobre el terreno, sobre todo en los lugares propicios que han sido atacados por la secreción calcica de la roca, no dudamos pueda sacar a la luz algunas pinturas más, pero lo que a simple vista ( y debemos confesar que no experta) hemos podido apreciar vaya por adelantado.
Para completar la exposición de estos frisos haremos seguidamente algunas observaciones que nos ayudarán a comprender de una manera más exacta el conjunto pictórico.
En el Cingle de la Cueva Remigia, en el barranco de Gasulla, existen paralelos o, por lo menos, formas semejantes a los trazos sueltos I, si bien aquéllos se hallan acompañados de una especie de cestita y son más numerosos, representando allí flechas . Igualmente, encontramos unos paralelos más aproximados en la Cueva de la Vieja.
El motivo del panel I podría representar meandros del río, según los paralelos que nos proporcionan las Cuevas de la Sarga . Una de las cosas que caracterizan más a estos parajes del Ríu de Montllor es sin duda la infinidad de curvas que da éste.
La escena de caza del panel II es muy significativa, al poder paralelizarla directamente con otra representación semejante de la Cueva Remigia . El sentido de composición oblicua que señala Beltrá el panel VII), a saber: «la colocación diagonal del grupo de figuras, normalmente descendente, desde el ángulo superior derecho al inferior izquierdo». Incluso cita, para apoyar este detalle, la misma cacería de jabalíes que nosotros hemos paralelizado.
Y, en cuanto a la escena del panel IV, el grupo compuesto por dos ciervos y una figura humana responde al mismo tipo que el del Mas d'en Josep, en la Valltorta .
En los ciervos del panel III y IV se ve claramente la «perspective tordue» que señaló Breuil propia de este arte y que domina la estilística del arte paleolítico hispano-franees : silueta en general de perfil, pero las astas de cara al espectador.
Estilísticamente se pueden establecer ciertas diferencias (que no es preciso entrañen a la fuerza una diferenciación cronológica), tanto en figuras humanas como de animales:

1) Representaciones humanas.
A) Figuras del panel V I I , con el cuerpo proporcionado y sin grandes diferencias entre el torso y las piernas, no siendo éstas musculosas.
B) Figuras de los paneles II y VI, con fuerte desproporción tronco-extremidades y musculosas piernas que llevan jarreteras (no se aprecian en el panel VI).
C) Figura del panel IV, de mayor tamaño y realización muy distinta a las anteriores. Uniforme en la parte conservada, no hay diferencia entre el tronco y las piernas; más bien, el mismo grosor del tronco sirve para cada pierna (si es que sólo es una el trazo que arranca del tronco).
D) Figura esquemática. Seguramente debe pertenecer a otro período distinto del puramente naturalista, quizá un Bronce. Como hemos apuntado antes, presenta un problema en cuanto a su parte superior, si bien nosotros nos adherimos a la idea de que tenga los brazos en alto ro- deando la cabeza, representada por un simple trazo.

2) Representaciones de animales.

A) Gran ciervo del panel III, estático.
B) Ciervos del panel IV, en relación con el ciervo A, pero con más movimiento.
C) Caballos del panel VII y jabalí del panel II .

Los grupos A y B pueden contactarse con los ciervos de la Roca deis Moros, en el barranco de Calapatá.

LOS MA TERIALES
En las caídas de los abrigos pudimos recoger un lote de materiales arqueológicos cuya descripción adjuntamos a continuación.

CERÁMICA
Dos fragmentos muy pequeños de pasta basta, de color gris terroso y granos de desengrasante distintos en los dos trozos: el menor los posee muy finos y en gran cantidad, mientras que en el mayor son más dispersos y voluminosos.
Responden al tipo de cerámica del Bronce.

MATERIAL LÌTICO
Junto con la cerámica aparecían una serie de núcleos pequeños informes, lascas con grandes bulbos y talones y, en un ínfimo porcentaje, unos cuantos útiles y lascas aprovecha das. Damos a continuación el inventario de las piezas más destacadas:

  


RM 1.—Pequeña hoja de sección trapezoidal. Bulbo pronunciado. Retoque simple y directo.
RM 2.—Hoja de sección triangular. Ahumada en uno de sus bordes.
RM 3.—Frag, de lámina de sección trapezoidal Retoque simple, marginal y directo. Talón y bulbo de percusión, éste con una suave descamación.
RM 4.—Hojita de sección triangular. Incompleta en la parte del bubo.
RM 5.—Frag, de laminilla de sección trapezoidal. Pequeño talón y bulbo de percusión.
RM 6.—Lasca de sección triangular con pequeños retoques.
RM 7.—Frag, de laminilla de sección trapezoidal. Bulbo con fisuras. Pequeños retoques marginales.
RM 8.—Raspador simple en extremo de hoja.
RM 9.—Lámina fragmentada de sección trapezoidal. Algunos retoques marginales.
RM 10.—Lasca en punta con ligeros retoques simples y marginale
RM 11.—Frag, de lámina de sección triangular.
RM 12.—Microrraspador con retoque semi-abrupto y directo.
RM 13.—Lasca de sección trapezoidal. Bulbo y talón de percusión. Pequeños retoques marginales.
RM 14.—Frag, de lámina de sección triangular. Bulbo prominente y talón de percusión. Algunos retoques simples y marginales directos.
RM 15.—Microrraspador lateral denticulado. Retoque abrupto y directo.
RM 16.—Frag, de laminilla de sección trapezoidal con ligeros retoques.
RM 17.—Frag, de laminilla de sección triangular.
RM 18.—Laminilla con borde rebajado.
En definitiva, un pequeño lote homogéneo de piezas que denota una pobreza de tipos y útiles, respondiendo éstos a la tipología epipaleolítica en general.

ADDENDA.—El Racó de Nando se conoce también, y es así como figura en el mapa de localización, como Mont-Roig o Morral Roig. Por este mismo motivo la nomenclatura abreviada del catálogo de material litico lleva las siglas RM {Racó del Morral Roig), siendo de esta manera originariamente como lo cono- cimos (9.2.74).