Coves de la Saltadora
Este conjunto rupestre se localiza en la base de un notable paredón frente al cerro del Puntal, y se accede a través de un camino, abierto por la Diputación Provincial de Castellón para facilitar la visita al conjunto rupestre de La Saltadora; el camino parte del kilómetro 4-5 de la carretera de Tírig a Coves de Vinromá y nos acerca a la parte superior de este conjunto de abrigos.
Durante las lluvias torrenciales, el agua, encauzada por un torrente o vaguada situada por encima del abrigo, se precipita por el cantil formando un salto que da nombre al abrigo y que afecta al sector norte del conjunto, en donde deposita gruesas capas de lodo
Actualmente se diferencian en La Saltadora dos grandes zonas distribuidas a lo largo de unos 150 m de longitud. El conjunto se halla protegido físicamente con una valla metálica destinada a frenar agresiones antrópicas como las que sufrió en el pasado. Su mural, con más de 250 figuras, esta dividido en dos áreas: sector norte y sector sur. En la primera área, de unos 50 m de longitud, se integran unas 18 cavidades sucesivas, mientras que el sector sur, con 25 m de longitud, presenta 8 cavidades. Estas características sitúan a La Saltadora entre los núcleos fundamentales para el estudio de las manifestaciones rupestres de La Valltorta.
El conjunto reúne una gran diversidad de temas, así como de morfotipos humanos y de animales. Sobresalen las asociaciones de figuras humanas, los grupos de arqueros, las escenas de caza, las composiciones faunísticas, y, en menor cantidad, algún personaje flechado o “sacrificado”, y diversas ceremonias o ritos de paso.
La Saltadora norte
Los abrigos del extremo norte están cubiertos con voladizos de escaso desarrollo. Al parecer, se encuentran afectados por el humo de hogueras o por el crecimiento de microorganismos. La degradación del soporte alcanza hasta el quinto abrigo o concavidad. En el área superior de éste se perciben los primeros animales, en particular cápridos muy figurativos con rasgos naturalistas, entre los que destaca uno de gran cornamenta, con las patas replegadas en posición de reposo.
En esta zona se observa un cazador con piernas gruesas y completamen- te abiertas, lanzado a plena carrera, que está adornado con un tocado de dos plumas en la cabeza y con cintas que prenden de brazos y cintura.
En la siguiente cavidad se observan con claridad un par de arqueros y un animal herido, mientras que en otra escena contigua se distinguen algunas figuras humanas y otros restos de pintura.
Un saliente de la pared, ubicado entre la octava y la novena cavidad, fue escogido para representar a tres cápridos que corren uno tras otro en sentido ascendente. Se trata de otro claro ejemplo donde el relieve de la roca es utilizado como parte de la escenificación. En un nivel inferior se entrevén varios ciervos y cazadores, patinados y bruñidos por el roce del cuerpo de las cabras salvajes.
Las cuatro cavidades siguientes se ubican exactamente debajo de la vaguada o torrente que queda cercenado en vertical por el cantil y por donde el agua se precipita sobre los abrigos. Esta cascada natural ha ido asentando una gruesa capa de arcilla sobre la superficie de estas cavidades. Durante nuestros registros sólo hemos podido advertir tonalidades rojizas, sin formas concretas, hasta la concavidad 16. La primera figura pertenece a un cervatillo que corre por debajo de una protuberancia, mientras a su lado comparece un macho cabrío que desciende a la carrera, dejando tras de sí las improntas de sus huellas bisulcas. En sus proximidades se advierten otros ejemplares y varios arqueros poco perceptibles.
En la siguiente concavidad, la 17, encontraremos varias escenas cinegéticas, con doce figuras humanas provistas de arco, tres cápridos y cuatro cérvidos, uno de ellos silueteado en su parte delantera y rellenada con tinta plana solamente la cabeza. En el extremo opuesto, se observa un ciervo que salta y un arquero de rasgos realistas estilizados que corre hacia el ejemplar tomando el arco y varias flechas que, al parecer, tiene apoyadas en algún lugar. A su alrededor se distribuyen otros arqueros, entre los que destaca uno que presenta algunos rasgos faciales como una nariz puntiaguda (situada bajo un resalte de la roca), boca, barba y melena; el personaje sostiene un arco y tres flechas y se halla en posición de reposo.
El recorrido de este sector norte finaliza en la concavidad 18 en la que encontramos un arquero estilizado de color negruzco y varios restos de pintura que parecen integrar una cacería. La paleta de colores empleada por los pintores reúne la gama del rojo-castaño y el negro.
La Saltadora sur
Después de un tramo de unos 50 m de paredón desprovisto de abrigos, se localiza el área sur, con otras 8 cavidades. En el primero se presenta un espacio particular: su pared parece haber sido pintada con grandes manchas de color rojo y, al final, antes de salir del recinto, en un recodo medio escondido, se encuentra la primera figura humana estilizada, en posición estática.
El recorrido continúa por un saliente escalonado que nos ubica frente a unas coladas estalagmíticas donde se pintó un toro con rasgos realistas. El cuerpo del animal es longilíneo y muestra pezuñas bisulcas, así como una cornamenta delineada en posición frontal. Cerca de este bóvido, y entre las concreciones, se distinguen con dificultad otros cuadrúpedos y varias figuras de arqueros (en su mayoría restos).
En la siguiente cavidad nos encontramos con la figura de un arquero, de rasgos realistas, que corre en sentido descendente; el personaje está herido por flechas que lleva clavadas en cuello y pierna. Su posición, tal vez a punto de caer, ocasiona el desprendimiento de su diadema emplumada. En su proximidad no hay ningún pelotón de ejecución que explique la procedencia de las flechas. El tema se emparenta con el arquero del abrigo I de Cova Remígia. El mural se completa con unas doce figuras humanas, algunas con arco, y varios cuadrúpedos, como dos jabalíes, y numerosos restos. De este grupo destacamos dos arqueros, uno a la carrera y otro en airosa marcha, ambos con el tronco delgado y los músculos gemelos bien marcados con adornos de cintas; están pintados en un color castaño azulado.
Al llegar al extremo de este grupo nos encontramos con un extraño cáprido, o toro (considerado como falso y atribuido, por los vecinos de Tírig, al pintor Roda de la misma localidad). Siguiendo en el mismo nivel aparece una composición cinegética compuesta por un cazador en posición de disparo y que deja tras de si sus propias pisadas, indicando su recorrido desde la parte más alta, y su reubicación frente a tres ciervos machos de gran cornamenta, acosados a su vez por figuras que se sitúan tras ellos. La escena ha sido destruida, en parte, por los visitantes. En la zona inferior se distinguen otras escenas con figuras humanas en colores negruzcos y castaño rojizos, además de algunos ciervos deteriorados, entre estos una cabeza solitaria con gran cornamenta, tal vez consecuencia del descuartizamiento de la presa.
En la siguiente cavidad se entrevén los restos de algunas imágenes degradadas por la acción bioquímica de los microorganismos que habitan en los soportes. Las áreas que se han conservado nos muestran figuras humanas con morfotipos lineales en colores rojizos; uno de ellos, un arquero con tocado de plumas. En un plafón contiguo correspondiente al séptimo grupo, se localizan tres hombres estilizados con anchas caderas y piernas robustas, análogos a los de Coves de Ribassals o Civil y pintados en color negruzco. Su posición y actitud, estática y ligeramente inclinada hacia delante, ha hecho pensar en algún paso de danza; sin embargo, la presencia de dos arcos y varias flechas parece indicar la representación de una ceremonia de iniciación para uno de los participantes.
La última cavidad nos muestra a cuatro ciervos de perfil realista y grandes cornamentas, los cuales parecen presidir el lugar. El primer ejemplar pertenece a un viejo macho en actitud de marcha, pintado a tinta plana en color rojo carmín. A su lado aparecen otros dos venados negros en posición estática, unidos por su parte trasera; fueron realizados con la técnica del perfilado y relleno parcial, formado por trazos longitudinales. A su derecha se halla el último ciervo, también estático y en color rojo castaño-carmín; el ejemplar se halla eclipsado, en su parte central, por una colada estalagmítica que lo atraviesa. Hay que señalar que ninguno de estos ciervos se halla herido con flechas. Debajo de estos venados, hacen su aparición varias figuras, entre las que destaca un dinámico arquero estilizado en posición de danza, y una escena de caza con dos arqueros y un cérvido herido en el lomo por una flecha. Por encima, se observa el último ejemplar, cuya cabeza se encuentra velada por las concreciones.
VALENCIÀ
Este conjunt rupestre es localitza en la base d’un notable mur enfront del turó del Puntal, i s’accedix a través d’un camí, obert per la Diputació Provincial de Castelló per a facilitar la visita al conjunt rupestre de La Saltadora; el camí surt del quilòmetre 4-5 de la carretera de Tírig a Coves de Vinromà i ens acosta a la part superior d’este conjunt d’abrics.
Durant les pluges torrencials, l’aigua, canalitzada per un torrent o tàlveg situat per damunt de l’abric, es precipita pel penya-segat formant un salt que dóna nom a l’abric i que afecta al sector nord del conjunt, on deposita grosses capes de fang.
Actualment es diferencien en La Saltadora dos grans zones distribuïdes al llarg d’uns 150 m de longitud. El conjunt es troba protegit físicament amb una tanca metàl·lica destinada a frenar agressions antròpiques com les que va patir en el passat. El seu mural, amb més de 250 figures, esta dividit en dos àrees: sector nord i sector sud. En la primera àrea, d’uns 50 m de longitud, s’integren unes 18 cavitats successives, mentres que el sector sud, amb 25 m de longitud, presenta 8 cavitats. Estes característiques situen a La Saltadora entre els nuclis fonamentals per a l’estudi de les manifestacions rupestres de La Valltorta.
El conjunt reunix una gran diversitat de temes, així com de morfotipos humans i d’animals. Destaquen les associacions de figures humanes, els grups d’arquers, les escenes de caça, les composicions faunístiques, i, en menor quantitat, algun personatge assagetat o “sacrificat”, i diverses cerimònias o ritus de pas.
La Saltadora nord
Els abrics de l’extrem nord es- tan coberts amb volades d’escàs desenrotllament. Segons pareix, es troben afectats pel fum de fogueres o pel creixement de microorganismes. La degradació del suport arriba fins al quint abric o concavitat. En l’àrea superior d’este es perceben els primers animals, en particular càprids molt figuratius amb trets naturalistes, entre els que en destaca un de gran cornamenta, amb les potes replegades en posició de repòs. En esta zona s’observa un caçador amb cames grosses i completament obertes, llançat a plena carrera, que està adornat amb un tocat de dos plomes en el cap i amb cintes que pengen de braços i cintura.
En la següent cavitat s’observen amb claredat un parell d’arquers i un animal ferit, mentres que en una altra escena contigua es distingixen algunes figures humanes i altres restes de pintura.
Un ixent de la paret, ubicat entre l’octava i la novena cavitat, va ser triat per a representar a tres càprids que corren l’un darrere de l’altre en sentit ascendent. Es tracta d’un altre clar exemple on el relleu de la roca és utilitzat com a part de l’escenificació. En un nivell inferior s’entreveuen diversos cervos i caçadors, patinats i brunyits pel fregament del cos de les cabres salvatges
Les quatre cavitats següents s’ubiquen exactament davall del tàlveg o torrent que queda retallat en vertical pel penya-segat i per on l’aigua es precipita sobre els abrics. Esta cascada natural ha anat assentant una grossa capa d’argila sobre la superfície d’estes cavitats. Durant els nostres registres només hem pogut advertir tonalitats rogenques, sense formes concretes, fins a la concavitat 16. La primera figura pertany a un cervatell que corre per davall d’una protuberància, mentres al seu costat compareix un mascle de cabra que descendix a la carrera, deixant detràs les empremtes de les seues petjades. En les seues proximitats s’advertixen altres exemplars i diversos arquers poc perceptibles.
En la següent concavitat, la 17, trobarem diverses escenes cinegètiques, amb dotze figures humanes proveïdes d’arc, tres càprids i quatre cèrvids, un d’ells perfilat en la seua part davantera i omplit amb tinta plana només el cap. En l’extrem oposat, s’observa un cervo que salta i un arquer de trets realistes estilitzats que corre cap a l’exemplar prenent l’arc i diverses fletxes que, segons pareix, té recolzades en algun lloc. Al seu voltant es distribuïxen altres arquers; entre ells en destaca un que presenta alguns trets facials com un nas punxegut (situat davall un ressalt de la roca), boca, barba i cabellera; el personatge sosté un arc i tres fletxes i es troba en posició de repòs.
El recorregut d’este sector nord finalitza en la concavitat 18 on trobem un arquer estilitzat de color negrós i diverses restes de pintura que pareixen integrar una cacera. La paleta de colors empleada pels pintors reunix la gamma del roig- castany i el negre.
La Saltadora sud
Després d’un tram d’uns 50 m de mur desproveït d’abrics, es localitza l’àrea sud, amb altres 8 cavitats. En el primer es presenta un espai particular: la seua paret pareix haver sigut pintada amb grans taques de color roig i, al final, abans d’eixir del recinte, en un replec mitjà amagat, es troba la primera figura humana estilitzada, en posició estàtica.
El recorregut continua per un ixent escalonat que ens ubica enfront d’unes colades estalagmítiques on es va pintar un bou amb trets realistes. El cos de l’animal és longilini i mostra peüngles bisulcades, així com una cornamenta delineada en posició frontal. Prop d’este bòvid, i entre les concrecions, es distingixen amb dificultat altres quadrúpedes i unes quantes figures d’arquers (en la seua majoria restes).
En la següent cavitat ens trobem amb la figura d’un arquer, de trets realistes, que corre en sentit descendent; el personatge està ferit per fletxes que porta clavades en coll i cama. La seua posició, tal vegada a punt de caure, ocasiona el despreniment de la seua diadema emplomallada. En la seua proximitat no es troba cap gran grup d’execució que explique la procedència de les fletxes. El tema s’emparenta amb l’arquer de l’abric I de Cova Remígia. El mural es completa amb unes dotze figures humanes, algunes amb arc, i diversos quadrúpedes, com dos porcs senglars, i nombroses restes. D’este grup destaquem dos arquers, un a la carrera i un altre en airosa marxa, ambdós amb el tronc prim i els músculs bessons ben marcats amb adorns de cintes; estan pintats en un color castany blavós.
A l’arribar a l’extrem d’este grup ens trobem amb un estrany càprid, o bou (considerat com fals i atribuït, pels veïns de Tírig, al pintor Roda de la mateixa localitat). Seguint en el mateix nivell apareix una composició cinegètica composta per un caçador en posició de tir i que deixa darrere seu les seues pròpies xafades, indicant el seu recorregut des de la part més alta, i la seua reubicació enfront de tres cervos mascles de gran cornamenta, assetjats per figures que se situen detràs d’ells. L’escena ha sigut destruïda, en part, pels visitants. En la zona inferior es distingixen altres escenes amb figures humanes en colors negrosos i castany rogencs, a més d’alguns cervos deteriorats, entre estos un cap solitari amb gran cor- namenta, tal vegada conseqüència de l’esquarterament de la presa.
En la següent cavitat s’entreveuen les restes d’algunes imatges degradades per l’acció bioquímica dels microorganismes que habiten en els suports. Les àrees que s’han conservat ens mostren figures humanes amb morfotipus lineals en colors rogencs; un d’ells, un arquer amb tocat de plomes. En un plafó contigu corresponent al sèptim grup, es localitzen tres hòmens estilitzats amb amples malucs i cames robustes, anàlegs als de Coves de Ribassals o Civil i pintats en color negrós. La seua posició i actitud, estàtica i lleugerament inclinada cap avant, ha fet pensar en algun pas de dansa; no obstant això, la presència de dos arcs i diverses fletxes pareix indicar la representació d’una cerimònia d’iniciació per a un dels participants.
L’última cavitat ens mostra a quatre cervos de perfil realista i grans cornamentes, els quals pareixen presidir el lloc. El primer exemplar pertany a un vell mascle en actitud de marxa, pintat a tinta plana en color roig carmí. Al seu costat apareixen altres dos cervos negres en posició estàtica, units per la seua banda posterior; van ser realitzats amb la tècnica del perfilat i farcit parcial, format per traços longitudinals. A la seua dreta es troba l’últim cervo, també estàtic i en color roig castany-carmí; l’exemplar es troba eclipsat, en la seua part central, per una colada estalagmítica que el travessa. Cal assenyalar que cap d’estos cervos es troba ferit amb fletxes. Davall dels cervos, fan la seua aparició unes quantes figures, entre estes un dinàmic arquer estilitzat en posició de dansa, i una escena de caça amb dos arquers i un cèrvid ferit en el llom per una fletxa. Per damunt, s’observa l’últim exem- plar, el cap del qual es troba velat per les concrecions.
ENGLISH
This rock-art complex is situated at the foot of a cliff of conside- rable size facing the hill of El Puntal, and access is gained along a track, opened by the Diputación Provincial de Castellón to enable visits to the rock shelter of La Saltadora; the track starts at the 4-5 km point along the road from Tírig to Coves de Vinromà and leads us close to the upper part of this shelters complex.
During torrential rains, channe- lled by a torrent or watercourse situated above the rock-shelter, the water is hurled over the ledge forming a waterfall (“salto”) that gives its name to the rock-shelter and that affects the northern area of the complex, in which it deposits thick layers of mud.
At present two major areas are differentiated in La Saltadora, ex- tending some 150 m in length. The complex is physically protected with a metal fence intended to halt the assaults inflicted by Man in the past. Its mural, with over 250 figures, is divided into two areas: the northern sector and the southern sector. The first area, measuring approximately 50 m in length, includes 18 successive hollows while the southern sector, 25 m in length, has 8 hollows. These characteristics give La Saltadora a position as one of the essential core groups for the study of the rock painting of La Valltorta.
The complex is home to a wide di- versity of subjects, as well as differing human morphotypes and animals. Of particular note are the clusters of human figures, the groups of bowmen, the hunting scenes, the compositions of fauna, and to a lesser extent the occasional human figure shot with an arrow or “sacrificed”, and several ceremonies or rites of passage.
Northern la Saltadora
The shelters at the northern end are covered with narrow projecting ledges. They seem to have been affected by the smoke of bonfires or by the development of microorganisms. The deterioration of the support extends as far as the fifth shelter or hollow. In the upper area of this shelter can be observed the first animals, in particular extremely figurative caprids with naturalistic features; one of them stands out, with large horns and with the hooves folded in position of repose. In this area a hunter can be seen with thick legs wide open, launched into a full run; he is adorned with a headdress of two feathers on his head and with ribbons hanging from arms and waist.
In the next hollow, a pair of archers and a wounded animal can clearly be seen, while in another scene next to it a few human figures and other remains of painting can be distinguished.
A piece of rock jutting out from the wall, located between the eighth and ninth hollow, was chosen to represent three caprids running one after another in an upwards direction. This is another clear example where the relief of the rock is used as part of the design of the scene. At a lower level there are glimpses of various deer and hunters, shiny and polished from being rubbed against by passing wild goats.
The next four hollows are located just below the watercourse or torrent, which is interrupted vertically by the ledge and from which the water rushes over the shelters. Over the course of time, this natural cascade has deposited a layer of clay on the surface of these hollows. During our surveys, we have only been able to observe reddish colours, without specific shapes, until we reach hollow 16. The first figure belongs to that of a fawn running under a lump in the rock, while at its side is shown a he-goat descending at a run, leaving behind it the spoor of its cloven hooves; nearby it is possible to make out other figures and various archers that can scarcely be seen.
In the next hollow, no. 17, can be find various hunting scenes, with twelve human figures holding bows, three caprids and four cervids, one of which is outlined on its forequarters and with only the head filled in with plain colour. On the opposite side can be observed a stag jumping, and an archer with stylized realistic characteristics running towards this figure taking up his bow and various arrows that it appears he has leaning somewhere. Around him are arranged other archers, among whom we particularly note one whose facial features are depicted, for example a pointed nose (situated beneath a projection in the rock), mouth, beard and hair; this figure holds a bow and three arrows and is in a resting position.
The tour of this northern sector ends in hollow no. 18 with a stylised archer blackish in colour, and various traces of painting that seem to be part of a hunt. The palette of colours employed by the artists covers the range of reds and chestnuts, and black.
Southern la Saltadora
After a length of some 50 m of rock wall without shelters, the southern area with a further 8 hollows is located. The first contains an exceptional space: its frieze appears to have been painted with large patches of red and, at the end, before exiting from the site, in a half-hidden recess, one encounters the first stylised human figure in static pose.
The route continues past a tiered rock projection that leaves us facing some stalagmite flowstones where a bull with realistic characteristics has been painted. The body of the animal is stretched and it has cloven hooves, as well as horns that are drawn facing front-on. Close to this bovid, and between the concretions, other quadrupeds and various figures of archers can be made out with difficulty (they are mostly just traces).
In the next hollow we find the figure of an archer, with realistic features, running in a downwards direction; this figure is wounded with arrows protruding from his neck and leg. His position, perhaps on the point of collapse, has caused his feathered headdress to fall off. There is no execution squad to be seen anywhere near him. The subject is similar to that of the archer of Shelter 1 of Cova Remígia. The mural is completed with some twelve human figures, a few with bows, and various quadrupeds, such as two boars, and numerous traces o painting. Particularly to be noted in this group are two archers, one runnin and the other walking gracefully, both with slender torsos and well-defined calf-muscles and adorned with ribbons; they are painted in a bluish-chestnut colour.
Coming to the far end of this group, we find a strange-looking caprid, or bull (considered to be false and attributed by the inhabitants of Tírig to the artist Roda, who was from the same town). Continuing along the same level there appears a hunting composition made up of a hunter ready to shoot, who leaves behind him his own foots- teps, showing the route he has taken from further up, and his new position in front of three stags with large horns, which in turn are being chased by figures behind them. The scene has been partly destroyed by visitors. In the lower area it is possible to make out other scenes with human figures in blackish and reddish chestnut colours, as well as a few deer in deteriorated condition, among which is the solitary head of a stag with large horns, perhaps resulting from the quartering of the catch.
In the next hollow the traces of some images can be glimpsed that have been spoiled by the biochemical action of the microorganisms living in the support. The areas that have been preserved show us human figures with linear morphotypes in shades of red; one of them is an archer with a headdress of feathers. On an adjacent ceiling corresponding to the seventh group, three men are to be found: stylised, with wide hips and strong legs, similar to those in the Coves de Ribassals or Civil, and painted in a blackish colour. Their position and stance, static and inclined slightly forward, has raised the possibility of this being some dance step, but the presence of two bows and various arrows seems to indicate the representation of an initiation ceremony for one of those taking part.
The last hollow presents us with four deer with realistic profile and with large horns; they seem to preside over the place. The first figure is that of an old stag in walking position and painted in plain colour, in carmine red. Next to him are depicted another two black stags standing, joined at their hindquarters; they were painted using the technique of outline and partial infilling, formed by longitudinal strokes. To their right can be seen the last stag, also standing, and in tones of chestnut red and carmine red; this figure is obliterated in its middle part, by a stalagmite that runs through it. It should be pointed out that none of these stags are wounded with arrows. Below the stags various figures appear, among which is a stylised dynamic archer in dancing position, and a hunting scene with two archers and a cervid wounded in the loin by an arrow. Up above, the last figure can be seen, whose head has been sealed in by the concretions.